domingo, 23 de septiembre de 2012

La lógica del hentai.

Ayer por la mañana, por circunstancias varias, acabé sola en mi casa. Mis padres se habían ido a la playa y mi hermana salió a... bueno, ni lo sé ni me importa. Pero el caso es que me encontré en la más absoluta soledad, y estaba aburrida en extremo. Tanto, que decidí ponerme a subrayar el temario de la semana. Pero ya lo había hecho. 

Entonces, en un intento de mantener mi mente ocupada, entré en la carpeta donde guardo el anime, y me di cuenta de que, en el último asalto al disco duro externo de una amiga mía, junto con la carpeta con las tres temporadas de Hetalia, había copiado por error una con el título de "Hentai". No pude verme la cara en ese momento, pero debía de ser algo así:


El caso es que, como no se me ocurría nada mejor que hacer, abrí un archivo al azar. Tengo que confesar que, a mis casi 21 años, nunca había visto hentai. Lo cierto es que nunca he sentido especial interés en ver animaciones gráficas de un hombre y una mujer chuscando. Ahora, cuando se trata de dos hombres... en fin, que no estamos hablando de eso.

Y quizás fuera por mi falta de experiencia en el género, pero el caso es que, en lugar de, como la inmensa mayoría del público que ve este tipo de series, sentir algún tipo de excitación sexual, fue como si estuviera viendo el Saturday Night Live.

Dejando de un lado el pobre - o casi inexistente - argumento de la obra maestra que elegí, que se puede resumir de la siguiente forma:

Chica: "¡Hola! ¿Quieres tener sexo conmigo?

Chico: "Venga, vale".

Hay muchas cosas que se escapan a mi entendimiento.

La primera es por qué los genitales masculinos tienen entre 7 y 8 tonos más oscuros que el resto de la piel del hombre. Sí, es cierto que esa zona suele ser un poco más oscura que el resto del cuerpo, pero ahí a que el protagonista sea un joven asiático de entre 16 y 18 años con la entrepierna de un adulto afroamericano... es decir, no.

Oh, y por no hablar del tamaño de esos penes... me imagino lo que les tiene que doler la mandíbula a las pobres muchachas después de metérselos en la boca... Ahora que lo pienso, tiene que ser algo como esto:


Totalmente gráfico.

Otra cosa que no entiendo, pero que no sólo no entiendo, sino que además, me reconcome el alma y me llena de desasosiego, es en lo que les pasa a los pechos de esas chicas.

En primer lugar, ¿de qué están hechos? ¿De goma? Por el amor de Dios, si es que apenas los rozan, y se mueven y ondulan como si estuvieran rellenas de gelatina Royal. Es muy perturbador.

Y lo segundo, y esto de verdad me ha traumatizado. ¿Por qué?, insisto. ¿Por qué los pezones se mueven en círculos perfectos hacia afuera? En el caso del pezón derecho, en el sentido de las agujas del reloj, y al contrario, en el caso del izquierdo. 


De verdad, es BIOLÓGICAMENTE IMPOSIBLE que se produzca ese movimiento. En serio. En mi estupefacción, decidí ir al baño, desnudarme de cintura para arriba frente al espejo y dar saltitos. No es que tenga los pechos más grandes del mundo, pero mis pezones desde luego NO GIRAN.

Tampoco me entra en la cabeza la cantidad de fluidos corporales de naturaleza variada que se despliega en ese género de animación. Esas pobres chicas que, al mínimo roce, chorrean hasta las rodillas, pero en plan Cataratas del Niágara. Y ellos... esos muchachos de penutrios descomunales que en apenas 10 segundos...


Lo dicho.

También me perturba la forma en que los dibujantes plasman la idea de "vello púbico". O sea, nunca pensé que hablaría de vello púbico en mi blog, pero en serio, es demasiado... surrealista. Imagínense el típico ¡Bang! de cómic. Píntenlo de negro, y añádanlo en la parte superior de una entrepierna totalmente pelada.

¿Realista? No lo creo.

Hablo, por supuesto, desde mi más inocente ignorancia, puesto que se trata de la primera vez que veo algo de ese estilo - no tengo para comparar, pero puedo decir que ese hentai era CUTRE -, y la verdad es que, aunque el episodio durara treinta minutos, a los 16 ó 17 decidí que tenía mejores cosas en las que gastar mi tiempo ocioso. Como en buscar dibujos en el gotelé de las paredes, por ejemplo. O buscar mensajes satánicos en la letra de Gangnam Style cuando la reproduces al revés. 

La única conclusión que saco de todo esto es que el yaoi es más divertido. Es la misma mierda desfasada, pero más divertida.

3 comentarios:

  1. Morí con lo de la serpiente xDDDDDD
    Y me he viato dando saltos frente al espejo, y te culpo a ti xD

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  2. Jajajaja... bueno, el hentai sirve para lo que sirve, pero leer tu post ha sido desternillante.

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  3. Nunca me cansaré de repetirlo, pero no se que tienes que hace que me encante leerte. Tienes una manera de engancharme que no es normal XD
    Love u :3

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¡Vamos, es gratis y no duele!


¡Gracias por leer hasta el final! ♥