martes, 20 de noviembre de 2012

Premio a la mayor bazofia literaria hasta la fecha.

Nunca antes había hecho una crítica sobre un libro. Básicamente, porque no soy escritora, ni soy editora, por lo que no tengo suficiente criterio para decir objetivamente si un libro es bueno o es malo. Hasta ahora, sólo me había limitado a decir que un libro me gusta por esta razón, o que no me gusta por ésta otra.

Pero esta vez haré una excepción, y voy a pecar de subjetiva. Porque este libro, de verdad, no tengo por dónde cogerlo. Y sí, sé que más de uno que yo me sé se va a cagar en mis muelas y estará pensando: "¡Rie, deja de postear gilipolleces y sube el siguiente capítulo de El Chico Perfecto, que desde septiembre no has hecho nada!". Y tienen toda la razón del mundo. Pero yo soy como George R.R. Martin: cada vez que me pregunten para cuándo subiré material, lo apuntaré en un papel. Y cuando llegue a un número determinado, el final de la historia terminará con la muerte de Ryan. Lo dejo caer. MUAJAJAJAJAJAJAJAJA.

Pero volvamos a lo que nos ocupa. Me refiero a ese libro. El que ha revolucionado las listas de ventas. El libro del que todo el mundo habla.


Esta mañana, por fin lo he terminado. Porque me ha costado, principalmente porque no domino eso de leer y vomitar al mismo tiempo. Y, cuando he sacado el marca páginas y he cerrado el libro, he mirado al cielo y me he preguntado:

¿En qué demonios estaba pensando?

Espero que el universo me devuelva algún día el tiempo que he malgastado leyendo semejante basura.

Aunque, todo sea dicho, yo misma me lo busqué. Lo cierto es que, la primera vez que oí hablar de semejante joya novelística fue este verano, uno de esos días de doce-horas-seguidas-jugando-al-Skyward-en-casa-de-Carlota. Me comentó que su madre se estaba leyendo un libro, por lo visto, buenísimo, y que mucha gente le había dicho que estaba genial. Trataba sobre una chica que se enamora de un empresario mayor que ella, y a él ella también le gusta, pero que al tipo le iba el sadomasoquismo, y que, para poder estar juntos, el hombre le dice a la chica que tiene que firmar una especie de contrato en el que ella debe someterse a todas sus perversiones y sus idas de olla. Y ella lo firma.

Mi cara en aquel momento se resume en algo así:


Pensé que era una broma. No me cabía en la cabeza como un argumento tan gratuito podía estar causando sensación. Por eso, cuando volví a casa ese día, pregunté a señor Internet si el libro era tan bueno. Señor Internet me dijo que no era bueno: QUE ERA MEJOR.

Y yo no me lo creía.

Después de eso, empezaron a aparecer individuos que opinaban todo lo contrario: que el libro era una soberana basura. Entre las crecientes opiniones, cabe destacar la de Noiry, cuyo trabajo sigo desde hace muchos años y que nos deleitaba en Twitter algunas grandes perlas que iba encontrando a medida que ella misma lo leía. Como por ejemplo:

Un aplauso para Rie, que se ha mamado todo el TL de Noiry hasta encontrar los susodichos tweets. Porque  Twitter es idiota y no me los dejaba buscar mediante hashtag.

Con lo cual, a esas alturas del partido, el misterioso libro tenía la misma proporción de fans y de haters. Y, claro, eso me dio aún más curiosidad por leer el libro. Tenía ganas de descubrir a qué grupo pertenecería yo. Aunque, seamos francos, lo tenía bastante claro desde el principio.

Una tarde le comenté a mi querida Evelyn que no estaba segura de si comprarlo. Quería leerlo, aun sabiendo que no me iba a gustar, y no me apetecía nada gastar casi 20 euros en algo que sabía que no iba a disfrutar. Entonces me comentó que su madre se lo había leído, y que no tendría problema en prestármelo. El fin de semana siguiente me trajo el pequeño tesoro, y cuando me lo dio, me dijo muy seria: "Mi madre pregunta que por qué quieres leerte esto". Diez puntos más para Griffindor.

Inocente de mí, comencé a leerlo con la mayor ilusión del mundo. Veinte páginas después, deseé no haberlo hecho. 

La historia tiene un argumento paralelo a otra maravilla literaria: Crepúsculo. Sí, vale, la autora, por lo visto, se inspiró en Crepúsculo, pero de ahí a que los acontecimientos sigan un maldito orden cronológico calcado, chica, ¿qué quieres que te diga?

Bella Swan Anastacia Steele es una universitaria mediocre tirando a sosaina que, un día, acude a realizarle una entrevista en sustitución de su amiga enferma - una gran casualidad - a Christian Grey, un empresario badass motherfucker. En un giro inesperado de los acontecimientos, Bellastacia se queda prendada de ese hombre inaccesible e imposible, pero que le quita el sueño. Porque, ojo al dato, a sus 21 años, es el primer hombre del que se fija en términos sexuales.

JAAAAAAAAAAAAAAAAAA.

Bellastacia vuelve a su casa, triste y desconsolada porque jamás podrá estar entre los brazos de Cristiangrei, y por obra y gracia de Dios, el susodicho va a verla a su ciudad, toman café, hablan, se atraen y se desnudan con la mente. Pero lo mejor viene el día en que sellan su tórrida relación: Cristiangrei la rescata de un amigo borracho que intenta comerle los morros, y luego le aguanta el pelo para que pueda vomitar, porque lleva un pedo considerable. Un escenario totalmente bucólico.

Y fíjense, hasta ahora, todos los acontecimientos han seguido la trama crepuscular: en lugar de salvarla de morir aplastada por una furgoneta, el héroe la salva de... eh... macharse el pelo de vómito.

Después de eso, y de magrearse de forma gratuita una o dos veces, Cristiangrei propone a Bellastacia firmar un contrato en el que ella accede a someterse a sus movidas de sadomasoquista si quiere estar con él. Porque sí, al tipo le va el sado. ¿Cómo te quedas?

Lo peor es que Bellastacia, más virgen que una monja, acepta. O sea, creo que nunca llega a firmar formalmente el contrato, pero que accede a hacer todo lo que el muchacho le pida. ¿CÓMO TE QUEDAAAAAAS?

A partir de este momento, el libro cuenta con unas 300 páginas de sexo gratuito, cada polvo más bizarro que el anterior. Sí, vale, yo admito que cada uno tiene sus fetiches, y respeto a la gente a la que le guste el sadomasoquismo. Pero eso de que el Grei se tire a la muchacha de pie en el baño, con la regla, mientras le chorrea la sangre por las piernas... no, tío. NO, TÍO. Luego, las partes de sexo propiamente sado... ¿habría unas dos o tres? Recuerdo una en que ella chupaba una fusta, otra que él la colgaba del techo, y algo más habrá por ahí. No sé, esas partes me las saltaba. Porque, aparte de ser totalmente innecesarias y carentes que cualquier credibilidad (ella siempre tenía orgasmos. Siempre. Y con una facilidad pasmosa. Y él no tardaba ni cinco minutos en recuperarse de un polvo para echar el siguiente. E.L. James, te pasas), estaban mal redactadas. ¡Yo, que soy amateur, podría escribir mejores escenas de sexo! ¿Qué es eso de "la diosa que llevo dentro está dando volteretas"? ¡Menuda manera más cutre de decir que estás cachonda como una mona!

Sorprendentemente, a estas alturas, aún se mantiene el desarrollo argumental de Crepúsculo. En lugar de vampiros que brillan de forma gratuita, tenemos sexo bizarro de forma gratuita.

De vez en cuando aparecía alguna página solitaria en la que el macho no se furciaba a su hembra, y eran conversaciones de Bellastacia consigo misma. Esas páginas son cancerígenas:

"¡Cristiangrei me da miedo! ¡No quiero que me pegue! ¡No sé si seré capaz de soportarlo! ¡Yo le quiero, pero él sólo me quiere para eso! ¿Debería dejarlo? ¡Ay, no, es que folla tan bien!"

Ya lo mejor es esa escena, casi al final del libro, en la que se me terminó de derretir el cerebro:

- Bellastacia, como te portes mal, te voy a castigar todo fuerte.

- No serás capaz.

- Lo digo en serio.

- Pues venga, quiero probarlo.

- Pero que te va a doler.

- Da igual, tú pégame.

*plaf*

- ¡Cristiangrei, eres un hijoputa! ¡Te odio!

Y se larga. Y SE LARGA. ¡SE LARGAAAAAAAAAA!


La pregunta que me hago es: ¿por qué seguí leyéndolo, si eran terriblemente malo? En el fondo, buscaba algo con lo que poder salvarlo. No sé, a la gente le gustaba tanto. A lo mejor el final lo arreglaba. Inocente de mí. A este libro no hay por dónde cogerlo. 

Y, ay Dios, cuando salga la película. AY, DIOS. 

¿Qué conclusiones saco de esta experiencia? La primera es que es la peor mierda que he leído hasta la fecha. Mucho peor que Amanecer. Y tarde nueve meses en leer Amanecer. Porque era infumable.

Y la segunda, es que es un buen material de combustión.

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Dónde está mi vida social, que no la encuentro?

Repartida entre la universidad, el gimnasio, mi trabajo como becaria y las prácticas de conducir.
AH, NO. QUE AYER APROBÉ EL PRÁCTICO. YA TENGO CARNET DE CONDUCIR.


No, en serio, siento mucho la falta de actividad en general. Si el día tuviera más horas, podría dedicar un poco de tiempo a esto. Pero como no las tiene, Kalise para todos.

¡Gracias por leer hasta el final! ♥