miércoles, 29 de febrero de 2012

Und meine Kraft?


No soy una persona fuerte.
Me rindo con demasiada facilidad. Me pongo histérica al primer obstáculo. Me hundo tan hondo que pocas cosas son capaces de sacarme del agujero después. Me derrumbo cada vez que pienso en aquéllo que no hice o no dije. 
Y lo más frustrante de todo es que lo sé, y no he sido capaz de arreglarlo.
Me enfado conmigo misma.
Y entonces me vuelvo a derrumbar porque no soy la persona fuerte que quiero ser. 

jueves, 23 de febrero de 2012

¡Feliz cumpleaños, Adso!


Eres un chico estupendo, Adsi. Me confieso enamorada de ti para siempre.

P.D. Estaba preparándote una sorpresa, pero he estado bastante liada esta semana y aún no he podido terminarlo... ¡si tienes un poquitín de paciencia con esta pobre estudiante en prácticas, lo verás muy pronto!

domingo, 12 de febrero de 2012

Photoset: El chico perfecto.

Cuando escribo relatos, siempre me gusta tener en mente a mis personajes para poder transmitir con la mayor exactitud posible qué es lo que espero de ellos. Tengo constantemente en la cabeza sus gestos, sus costumbres, sus manías, sus pensamientos, y lo que para mí suele ser más importante, su apariencia física. O al menos la apariencia física en la que yo me baso para desarrollarlos. Sí que es verdad que parte de la magia de escribir se basa en dejar que el lector se imagine por sí mismo cómo son las personas, en todos sus ámbitos, y que se agarre a la imagen mental que tiene de ellas para avanzar en la lectura, ignorando, quizás, la idea original del autor.

Pero, en ocasiones, puede pasar esto:


Y es entonces cuando nos cagamos en la madre que parió al autor, al director de casting, y en la madre que parió a Pinito.

Por eso a mí me gusta dar suficientes pistas sobre cómo me gustará que fueran mis personajes, y cómo me gustaría que el lector se los imaginara. Claro está, es prácticamente imposible que coincidamos al cien por cien, porque cada uno interpreta las palabras de una forma más o menos distinta y personal, pero siempre procuro describir a mis personajes con la mayor claridad y exactitud posible (sin llegar a impedir que exista un margen para la imaginación) para intentar asemejar nuestros puntos de vista.

Algo que suelo hacer a menudo es plasmar en papel más o menos un borrador de cómo me imagino yo a las personas. Pero hace, creo, más de un año que no cojo un lápiz para dibujar, con lo cual hacerlo ahora propiciaría que Monet se levantara de la tumba y me aplastara el cráneo contra la pared.

Por eso, tengo a mi disposición a mi gran amigo Tumblr, que tiene respuestas para todo (o al menos para casi todo).

Vamos a comprobar si lo que intento transmitir coincide con lo que realmente estoy transmitiendo. Todas las opiniones son bienvenidas, porque es lo que me ayuda a mejorar. Para eso ya tengo a mi crítica número uno, Cristina Saberhagen, que no duda ni un momento en decirme qué es lo que le gusta y qué es lo que no, y eso, sinceramente, me llena de orgullo.

En primer lugar, el que más pasiones levanta allá por donde pisa, ya sea entre el sexo femenino como en el masculino: Ryan Frederick Martin.


Ryan es el reflejo más fiel de cómo a mí me gustan los chicos: lánguidos, delgados pero duros, así como poquita cosa, rubios, con los ojos claros y el pelo largo. Y flequillo. Por el amor de Dios, con flequillo. Encontré esta foto, y a pesar del detalle de que el piercing de Ryan es un aro en lugar de una bolita, en mi cabeza resonó: "Soy Ryan, y tú no. Y si no te gusta, jódete, puta". Ryan, cuando quiere, es un chulo redomado asqueroso, y no sé, pensé que ésta podría ser perfectamente su foto de perfil de Facebook, ¿no creen?

TJ es la cosa más achuchable que jamás ha maquinado mi mente, a pesar de que muchos opinan que es un rancio:


No tengo palabras. Al principio no tenía muy claro cómo quería que fuese TJ, pero al final, a medida que lo he ido creando, me he dado cuenta de que no puede ser que un chico normal y sencillo, como cualquiera que te encuentras de paseo por la calle, que tiene sus preocupaciones, sus miedos y sus metas, pero que a la vez saber disfrutar de las cosas simples, sin preocuparse demasiado por los pequeños detalles.

Un guiño a la mujer ideal de Mr. Pelos: Andrea.


A Mr. Pelos le encantan las pelirrojas con pecas y ojos claros. A decir verdad, quería que Andrea fuera un calco aproximado de la protagonista de la saga Cazadores de Sombras, Clary, pues, a pesar de que es un poco estúpida, personalmente, me parece que es la chica ideal para tener de novia: la típica niña mona, un poco ingenua, que le da mil vueltas a la cabeza por cosas absurdas hasta que le dicen: "De verdad, no pasa nada", y entonces te da un abrazo y te sonríe. Por si alguien no se lo esperaba, el nombre de Andrea se lo puse como homenaje a un mapache cafeinómano al que adoro. No por nada en especial, simplemente porque me apeteció. 

Kim es un personaje que, personalmente, me encanta:


Siempre me han gustado las chicas como ella, de esas que dicen: "¿Lo que piensas de mí? Eso me la trae floja". Me gustaba la idea de una chica poco femenina y llena de piercings que se metiera constantemente con Ryan, pero que en el fondo, le adorara. Y, no sé, la idea de una chica del rollo punk-alternativo me encajaba a la perfección. Tengo que decir que la tontería de que tuviera el flequillo de otro color (en el caso de Kim, es rojo, no fucsia, pero vamos, la idea es la misma) fue como guiño a mi amiga Delia, que vive en Galway (Irlanda).

Mina es la dulzura personificada.


¿Por qué iraní? La verdad es que las mujeres iraníes, y de la zona de Oriente Medio en general, me parece súper atractivas. Tiene una mirada tan profunda que las hace ser misteriosas, y no pude resistirme a incluir a una chica iraní. Cuando pienso en Mina veo a una chica agradable, delicada y risueña, bajo un físico despampanante, pero no de tetas enormes y cintura imposible. No hablo de tías buenas, hablo de mujeres guapas, guapas de verdad. Próximamente se van a llevar una gran sorpresa con ella.

Me encantan los pelirrojos. No se me nota, ¿verdad que no?


Y más si son pelirrojos y gemelos. Los nombres de Simon y Henry, en realidad, fueron completamente aleatorios, pero, no sé, me suenan a nombres más típicamente británicos que americanos, y por eso me los imagino como british gentlemen. Son de esos tíos altos, grandes, que de lo buenos que son, son tontos. Como los gran danés.

Zack. Oh Dios mío, Zack. Este niño es mi perdición.


Me gustan los tíos tatuados y de pelo largo. Fin de la explicación. Bueno, en realidad Zack tiene el pelo aún más largo, pero da lo mismo, la idea es ésta. Además, cuando avance un poquito, se darán cuenta de por qué le adoro tanto.

Y, por último, el azote de los mares:


Kate: el más típico ejemplo de adolescente americana. ¿Para qué decir más?

Y hasta aquí el arrebato gráfico. No sé si alguno acabará decepcionado como cuando yo fui la adaptación cinematográfica de Crepúsculo, y no es mi intención en absoluto, pero tenía desde hacía varios días la sensación de que tenía que compartir todas esas cosas que me rondaban por la mente.

Dentro de poco habrá más El chico perfecto. ¡No se estresen, que ya no estoy de exámenes!

Estoy con las prácticas, que es peor.

¡Un besazo a todos los lectores de El chico perfecto!

miércoles, 1 de febrero de 2012

Señores míos.

Esto es mi culo después del examen de Habilidades Directivas y Recursos Humanos de mañana.


¡Gracias por leer hasta el final! ♥