Hay cosas en esta vida que, simplemente, no se superan.
Intentas no pensar en ello, con la ingenua esperanza de que, con el tiempo, lo olvides. Y entonces es como si nunca hubiera pasado.
O sí que te paras a pensar en ello, y aunque las primeras ocho veces lloraste al hacerlo, a la novena ya no te salieron las lágrimas. Y entonces piensas: "He conseguido pasar página".
Pero es frustrante cómo un par de copas pueden echar abajo todo ese esfuerzo, o esa falsa creencia de que eres fuerte, y de que eso ya no te afecta. Sólo cuando tienes un poco de alcohol en tu organismo es cuando realmente te das cuenta de que no lo has superado. Y de que, probablemente, no lo superes nunca.
Y entonces, tienes que empezar a contar desde cero las veces que, al volver a pensar en ello, lloras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Vamos, es gratis y no duele!